24 junio-Día mundial de la investigación Ovni

El 24 de junio se festejarán los primeros 15 años del Día Mundial de la Investigación Ovni.

Una iniciativa que surgió en Internet en el año 2001 por investigadores de Puerto Rico, quienes lanzaron la convocatoria para que diversos países se unieran a este festejo y quedara así instituido por la sociedad civil que los Ovnis tuvieran un día específico en el calendario, que sirviera para sensibilizar a la sociedad de que “ellos” ya se encuentran entre nosotros.

El objetivo que se pretendía lograr con diversas actividades como conferencias, vigilancias y mantener, es dar hechos concretos a una sociedad interesada sobre este temática.

La fecha que se escogió se debió a que en 1947, el piloto aviador, Kenneth Arnold, avistó nueve objetos sobre el Monte Rainier, en Washington, Estados Unidos y fue a partir de este momento que se acuñó el término de “plato volador”, ya que así los describió a la prensa.

México es punta de lanza en la investigación y estudio de los no identificados a nivel internacional, que tuvo su apertura de una manera considerable el 11 de julio de 1991 cuando inició una de las oleadas más importantes de todos los tiempos, la cual se caracterizó por ser la primera que se registró en video.

Este hecho sirvió de ejemplo para que en varios países replicaran la técnica de observar el cielo con cámara de video en mano y grabar todos aquellos objetos voladores anómalos.

Esos primeros videos le dieron la vuelta al mundo con lo que se consolidó rápidamente esa gran oleada. Este 2016 también se conmemoran los primeros 25 años de la gran oleada Ovni del último siglo.

Sirva entonces esta gran fecha del 24 de junio para darle su valor e importancia al tema de los Ovnis a nivel mundial

El encuentro del Apolo 11 en la luna

El ufólogo Timothy Good, en su libro Beyond Top Secret, informa de que los astronautas vieron “extraterrestres” en la Luna. La evidencia reside en una conversación secreta entre el control de la misión y los astronautas del Apolo 11, Armstrong y Aldrin, que fue registrada por unos radioaficionados que pudieron captar un “canal reservado” para estos mensajes, tal como informó mucho después un ex-empleado de la NASA, Otto Binder. La transcripción de la conversación es la siguiente:

Apolo 11:¡Oh, Dios, nadie lo va a creer!

Houston: ¿Qué es, diablos, qué es? ¡Es lo único que quiero saber!

Apolo 11: Estas pequeñas cosas son gigantescas, son enormes… No, no, lo de ahora era una desfiguración óptica del terreno. ¡Oh, Dios, nadie lo va a creer!

Houston: ¿Qué… qué… qué diablos está ocurriendo allí? ¿Qué os pasa, chicos?

Apolo 11: Están allí, bajo la superficie.

Houston: ¿Qué hay allí? [Interferencias, ruido] Control llamando a Apolo 11.

Apolo 11: Roger, estamos aquí los tres, pero vimos unos visitantes. Estuvieron aquí un rato, observando los instrumentos.

Houston: Orden de control: ¡Repetid el último informe!

Apolo 11: Digo que había otras astronaves. Están alineadas en el otro borde del cráter.

Houston: ¡Repetid, repetid!

Apolo 11: Dejadnos sondear esta órbita y a casa… En 625 al 5… Relé automático conectado… Mis manos tiemblan tan fuerte que no puedo hacer nada. ¿Filmar? Cielos, sí, esas malditas cámaras han filmado.

Houston: ¿Habéis captado algo?

Apolo 11: No tenía ninguna película a mano , tres disparos de los platillos o de lo que fuera pueden haber estropeado la película.

Houston: Control de mando, aquí, control de mando. ¿Estáis ya en camino? ¿Qué hay con ese jaleo de los ovnis? Cambio.

Apolo 11: Han aterrizado ahí. Están en la Luna y nos observan.

Houston: Los espejos, los espejos. ¿Los habéis colocado?

Apolo 11: Sí los espejos están en su sitio. Pero quien haya fabricado semejantes astronaves puede seguramente venir y quitarlos mañana mismo del suelo. Cambio y fuera.

 

El Ovni Nazi

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En el año 1938, la Alemania nazi envió una expedición a la Antártida con la misión de investigar los sitios para una base posible y las reclamaciones formales en nombre del Tercer Reich. Para prepararse para su misión, se invitó al gran explorador polar Richard E. Byrd para hablarles de lo que pueden esperar.

Al año siguiente, un mes después de que las hostilidades habían comenzado en Europa, los alemanes volvieron a Neuschwabenland para terminar lo que habían comenzado, y muchos lo que sugiere que una base se estaba construyendo.
Nueve años más tarde, Richard E. Byrd, que ya se había convertido en un Almirante de la Marina de los Estados Unidos, fue enviado a la Antártida con la mayor fuerza de tarea que se haya reunido jamás para una misión polar. En las propias palabras del Tercer Reich la misión de (nombre en código Highjump) se debió “principalmente de carácter militar” .

Muchos afirman que el grupo de trabajo fue enviado a la erradicación de una base secreta nazi en Queen Maud Land , y que los nazis habían cambiado el nombre por misión Neuschwabenland y que nunca había sido explorado tan profundamente como el resto de la Antártida.Pero el hecho que el Almirante Byrd habló de ” objetos voladores que podían volar de polo a polo a velocidades increíbles ”
y bien documentada la actividad alemana antes, durante y en el período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial , uno no puede dejar de preguntarse si hay algo de verdad en el mito nazi de la Antártida.

Aún así, la Operación Highjump y las citas de Byrd han ensombrecido la verdad acerca de excursiones británicas en la Antártida a través de la desinformación, con lo que la atención a su misión y, al hacerlo, asegurándose de que la historia sólo recuerda una misteriosa misión de la Antártida.