Se trata de una producción que descifra y proyecta conceptos de la cultura Tiwanakota, en esencia, se busca explicar, cómo se dividía y promocionaba el apoyo comunitario y la complementariedad, entre antagónicos, explicó Rafael Vásquez Burke, director de Marketing de la producción.
Para una mejor comprensión del espectador, en el documental se realiza una comparación con la cultura occidental y la andina, mostrando así sus grandes diferencias, pero también el audiovisual revela la filosofía de la cultura occidental sobre la cultura andina.
La territorialidad, el animismo espiritual, la economía recíproca, la salud, la educación y la justicia comunitaria y otros aspectos de la milenaria cultura tiwanakota fueron motivo de investigaciones que se hallan en el documental.
Para enriquecer el trabajo, se tuvo que acudir a varios expertos y profesionales entre ellos a arqueólogos e investigadores quienes a través de su conocimiento realizaron aportes.
La serie dirigida por el director cochabambino, Camilo Maldonado, es un proyecto de documentales televisivos. En este documental se devela datos contenidos en las ruinas arqueológicas de esta mítica cultura, estos secretos, desconocidos por el común de la gente, según Montaño, pueden ayudarnos a entender mejor, no sólo el origen de muchas culturas sudamericanas sino también su idiosincrasia.
Los documentales se basan en evidencias que sustentan nuevas interpretaciones, que a partir de 1985 definen a Tiwanaku como una sociedad de perfecta convivencia pacífica, armónica y equilibrada, ya que no se encontraron evidencias de un ejército, armamento ni guerras, y según los hallazgos su expansión pudo abarcar gran parte del continente Sudamericano, explica el productor de la serie, quien invirtió en esta producción.
Este primer episodio habla de Pachakuti y el proceso de retorno al equilibrio, que da inicio a un nuevo ciclo histórico del desarrollo social en cualquier civilización, en otras palabras, es el comienzo de un nuevo orden social caracterizado por la búsqueda de una nueva identidad, dice Montaño.