Un hacker en el pentagono

Gary McKinnon (Glasgow el 10 de febrero de 1966) también conocido como Solo, es un hacker británico acusado por los Estados Unidos de haber perpetrado «el mayor asalto informático a un sistema militar de todos los tiempos». En junio de 2006 se defendió de una posible extradición a los Estados Unidos. En febrero de 2007 la solicitud fue escuchada en el Tribunal Superior de Londres. A finales de diciembre del 2012 se negó definitivamente la solicitud del gobierno de Barack Obama y el 14 de diciembre de 2012 el gobierno de David Cameron reiteró que no será juzgado por sus faltas.1

Gary McKinnon luchó durante más de 10 años contra la extradición a los Estados Unidos, donde arriesgaba entre 60 y 70 años de cárcel y el pago de una indemnización de 2 millones de dólares por intrusión informática en el período de febrero de 2001 a marzo de 2002. La apelación en la última instancia británica de apelación, un panel en la Cámara de los Lores. Después de la audiencia, los integrantes de la Cámara disponen hasta de 3 semanas para anunciar su decisión.

Gary McKinnon admite haber realizado las intrusiones de las que se le acusa. Sin embargo, cuestiona el calificativo de terrorista con que se le ha tratado luego de intervenir sistemas militares estadounidenses.

En 2002 fue detenido y confesó haber intervenido en 1997 los sistemas TI de las fuerzas armadas estadounidenses y de NASA. McKinnon explicó que su única intención había sido encontrar información sobre Ovnis y proyectos militares secretos.

En 2004, el tribunal supremo británico falló que McKinnon podría ser extraditado a EE.UU, por lo que su abogado elevó una apelación ante la última instancia judicial posible, la Cámara de los Lores. Los lores presentaron su conclusión, que autoriza la extradición.

El abogado de McKinnon recurrió al tribunal europeo de derechos humanos, con el fin de evitar la extradición. El abogado destacó que el marco punitivo es totalmente desproporcionado para los cargos que se imputaban a su cliente.

Sin embargo, Estados Unidos califica el caso como “el mayor ataque militar cibernético de su historia”, antes del incidente de Julian Assange, por lo que se proponía invocar la ley antiterrorista al procesar a McKinnon y enviar al hacker a prisión por el resto de su vida.

wikipedia

Templo de Sacsayhuaman

Sobre una colina que domina el Cusco desde el lado norte se ubica el recinto religioso de Saqsaywaman. Se compone de tres plataformas hechas con enormes muros de contención en forma de zigzag, sobre las que se ubicaron tres torreones. Los muros se hicieron uniendo bloques de piedra de dimensiones sorprendentes, algunos llegan a medir 9 m por 5 m por 4 m.

La historiadora María Rostworowski especula respecto de si Saqsaywaman fue una fortaleza militar usada para la defensa del Cusco, pues los relatos de invasión chanca dicen que éstos entraron fácilmente a la ciudad sin enfrentar una resistencia militar importante. Además, mientras el imperio del Tahuantinsuyo se expandía, no existía el peligro de ataque al Cusco. Rostworowski cree que fue un monumento a la victoria sobre los chancas, y que en las festividades se representaba allí batallas rituales. Esto además sirvió como gran ayuda a los incas a poder defenderse contra las tropas militares extranjeras.

Créditos:
Alejandro Guerrero
Link:https://es.wikipedia.org/wiki/Arquitectura_incaica#Sacsayhuam.C3.A1n

El encuentro del Apolo 11 en la luna

El ufólogo Timothy Good, en su libro Beyond Top Secret, informa de que los astronautas vieron “extraterrestres” en la Luna. La evidencia reside en una conversación secreta entre el control de la misión y los astronautas del Apolo 11, Armstrong y Aldrin, que fue registrada por unos radioaficionados que pudieron captar un “canal reservado” para estos mensajes, tal como informó mucho después un ex-empleado de la NASA, Otto Binder. La transcripción de la conversación es la siguiente:

Apolo 11:¡Oh, Dios, nadie lo va a creer!

Houston: ¿Qué es, diablos, qué es? ¡Es lo único que quiero saber!

Apolo 11: Estas pequeñas cosas son gigantescas, son enormes… No, no, lo de ahora era una desfiguración óptica del terreno. ¡Oh, Dios, nadie lo va a creer!

Houston: ¿Qué… qué… qué diablos está ocurriendo allí? ¿Qué os pasa, chicos?

Apolo 11: Están allí, bajo la superficie.

Houston: ¿Qué hay allí? [Interferencias, ruido] Control llamando a Apolo 11.

Apolo 11: Roger, estamos aquí los tres, pero vimos unos visitantes. Estuvieron aquí un rato, observando los instrumentos.

Houston: Orden de control: ¡Repetid el último informe!

Apolo 11: Digo que había otras astronaves. Están alineadas en el otro borde del cráter.

Houston: ¡Repetid, repetid!

Apolo 11: Dejadnos sondear esta órbita y a casa… En 625 al 5… Relé automático conectado… Mis manos tiemblan tan fuerte que no puedo hacer nada. ¿Filmar? Cielos, sí, esas malditas cámaras han filmado.

Houston: ¿Habéis captado algo?

Apolo 11: No tenía ninguna película a mano , tres disparos de los platillos o de lo que fuera pueden haber estropeado la película.

Houston: Control de mando, aquí, control de mando. ¿Estáis ya en camino? ¿Qué hay con ese jaleo de los ovnis? Cambio.

Apolo 11: Han aterrizado ahí. Están en la Luna y nos observan.

Houston: Los espejos, los espejos. ¿Los habéis colocado?

Apolo 11: Sí los espejos están en su sitio. Pero quien haya fabricado semejantes astronaves puede seguramente venir y quitarlos mañana mismo del suelo. Cambio y fuera.

 

El Ovni Nazi

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En el año 1938, la Alemania nazi envió una expedición a la Antártida con la misión de investigar los sitios para una base posible y las reclamaciones formales en nombre del Tercer Reich. Para prepararse para su misión, se invitó al gran explorador polar Richard E. Byrd para hablarles de lo que pueden esperar.

Al año siguiente, un mes después de que las hostilidades habían comenzado en Europa, los alemanes volvieron a Neuschwabenland para terminar lo que habían comenzado, y muchos lo que sugiere que una base se estaba construyendo.
Nueve años más tarde, Richard E. Byrd, que ya se había convertido en un Almirante de la Marina de los Estados Unidos, fue enviado a la Antártida con la mayor fuerza de tarea que se haya reunido jamás para una misión polar. En las propias palabras del Tercer Reich la misión de (nombre en código Highjump) se debió “principalmente de carácter militar” .

Muchos afirman que el grupo de trabajo fue enviado a la erradicación de una base secreta nazi en Queen Maud Land , y que los nazis habían cambiado el nombre por misión Neuschwabenland y que nunca había sido explorado tan profundamente como el resto de la Antártida.Pero el hecho que el Almirante Byrd habló de ” objetos voladores que podían volar de polo a polo a velocidades increíbles ”
y bien documentada la actividad alemana antes, durante y en el período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial , uno no puede dejar de preguntarse si hay algo de verdad en el mito nazi de la Antártida.

Aún así, la Operación Highjump y las citas de Byrd han ensombrecido la verdad acerca de excursiones británicas en la Antártida a través de la desinformación, con lo que la atención a su misión y, al hacerlo, asegurándose de que la historia sólo recuerda una misteriosa misión de la Antártida.